Aumentar las pensiones e incluir dominicanos del exterior, una necesidad impostergable
NEW JERSEY.- Ante la devaluación, que ha sufrido la moneda nacional dominicana, EL PESO, se hace una necesidad impostergable, la revisión urgente y necesaria de las pensiones otorgadas a servidores públicos y privados, e incluir dominicanos del exterior, que ofrecieron sus conocimientos a la sociedad en los mejores años de su juventud.
En la actualidad, una mayorĂa en estado de envejecientes, con enfermedades terminales, y otros postrados en camas y sillas de ruedas, sin poderse valer por sĂ mismos, requieren ser econĂłmicamente autosuficientes, para no seguir mal viviendo una vida de calamidad, vergĂĽenza y sufrimientos ante autoridades indolentes y un sector privado aparentemente ciego, teniendo que dedicarse en su avanzada edad, a ejercer la labor de pedigĂĽeños, producto de la marginalidad a las que son sometidos.
La generalidad de las pensiones, otorgadas por el Poder Ejecutivo, (EL GOBIERNO), y el sector empleador privado de nuestra naciĂłn, no cubre ni siquiera, el alto costo de la Canasta Familiar.
Es decir, que nuestros pensionados, ni siquiera tienen el derecho a una alimentaciĂłn adecuada.
A la situaciĂłn real descrita, cabe agregar el alto costo financiero de las medicinas que deben ingerir diariamente, para prolongar sus vidas,pagos de alquiler de viviendas, energĂa elĂ©ctrica, agua, basura, transporte, y otros servicios opcionales, como son, tarifas telefĂłnicas y televisiĂłn por cable.
Esto sin agregar, los imprevistos que suelen ocurrir cualquier dĂa.
Es imposible pensar en la recreaciĂłn, a la cual tienen sagrado derecho estos seres humanos, que cada dĂa enfrentan nuevas y odiosas limitaciones econĂłmicas, que minimizan su poder adquisitivo, fruto de años de labores ininterrumpidas.
Vidas completas, dedicadas al servicio de la patria, desde diferentes áreas del saber.
Ha llegado el momento de que las organizaciones representativas de los trabajadores dominicanos, soliciten, y reclamen, que anualmente las pensiones, sean revisadas y actualizadas en referencia al costo de la canasta familiar, y que los pensionados puedan poseer tarjetas especiales, para costear el pago de medicinas, transporte, energĂa elĂ©ctrica, y otros servicios prioritarios, que ahora mismo se les hace imposible, ya que no existen alternativas de cĂłmo pagarlos.
Es lĂłgico pensar, que cuando una persona es pensionada, es porque ya no tiene la capacidad, ni la fuerza, para seguir siendo Ăştil en un determinado trabajo.
Hasta ahora el gobierno y el sector privado, no han contemplado en sus agendas, esta realidad, lo que obliga a un importante segmento de envejecientes y enfermos pensionados, a tener que recurrir a labores de motoconchistas, vender juegos de azar, trabajar como vigilantes, (serenos) y otras tareas para poder ajustar su presupuesto a las demandas de sus necesidades.
Esto es injusto, ante los ojos de Dios y la sociedad. Debemos abogar porque en lo adelante las pensiones sean suficientes, para evitar el estrés y el sufrimiento en que viven estos hombres y mujeres de la tercera edad.
Por Vicente (Tony) Balbuena



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