Irritabilidad
ENFOQUE
Por Felipe Román
Apreciado y amable lector, existen mĂşltiples definiciones estrambĂłticas de irritabilidad, pero le daremos una sumamente sencilla: Es la respuesta desproporcionada ante estĂmulos internos o externos. Lo de interno se debe a que podemos tener irritabilidad por causas biolĂłgicas-orgánicas, provocadas, por ejemplo, por traumas craneoencefálico, accidentes de tránsito, pleitos y otros eventos.
En los trastornos afectivos se incluye la irritabilidad como sĂntoma de algunos tipos de depresiĂłn. Sin embargo, deseamos aclarar que quien es considerado el padre de la psiquiatrĂa alemana, Kurt Schneider, describe en su libro publicado en 1946, titulado “PsicopatologĂa clĂnica”, lo que denominĂł como depresiones inautĂ©nticas, o sea cuadros reactivos con tristeza incluida, originados por diferentes tipos de frustraciones, las cuales aunque sean dolorosas, tienen que ser manejadas de manera adecuada por la persona que estĂ© pasando por esa situaciĂłn.
AsĂ que estas personas no deben ser diagnosticadas como depresivas -aunque acudan llorosas a la consulta, ni tampoco se debe cometer la barbaridad de recetarles antidepresivos carĂsimos e ineficaces para esos cuadros. Lo que se debe hacer es una buena psicoterapia que fortalezca su personalidad, para que estĂ© capacitada para enfrentar su frustraciĂłn o frustraciones.
En realidad, la mayor parte de las personas irritables, lo que padecen es lo que el psicoterapeuta austrĂaco Alfred Adler -7 febrero 1870, Viena- 28 mayo 1937, Reino Unido, describiĂł en su libro “El carácter neurĂłtico”, el sĂntoma de la inseguridad personal, el cual, la mayorĂa ignora. Y es esa condiciĂłn de inseguridad, -timidez- lo que lleva a muchas personas a tener conductas irritables, debido a que tienden a llegar a ser paranoides. O sea, creer que se burlan de ellos, que hablan mal de ellos a sus espaldas, y que incluso planean hacerles daño de diferentes maneras.
Aunque también es necesario aclarar que esa paranoia no es de origen psicótica, razón por la cual no deben ser tratados con medicamentos neurolépticos -antipsicóticos- sino hacer lo que ya sabemos: una excelente psicoterapia que fortalezca su personalidad y le haga ser consciente de su valor como ser humano.
Es probable que usted piense que la irritabilidad es muy sencilla, razĂłn por la cual no serĂa merecedora de ser estudiada. Sin embargo, no es asĂ, debido a que puede llevar a conductas colĂ©ricas, con resultados nefastos.
La irritabilidad puede llevar a conductas coléricas, con resultados nefastos.EXTERNA
Por esa razĂłn veamos lo que nos dice el extraordinario maestro SĂ©neca en sus “Obras morales” sobre la cĂłlera: "Tratemos de hacer ahora, querido novato, lo que más desearás, a saber, extirpar la cĂłlera, o por lo menos, refrenar y contener sus Ămpetus. Hay en la ira verdadera caĂda del espĂritu. Nada nos oprime tanto como esta pasiĂłn atronadora, ebria de sus propias fuerzas. Hinca en sĂ misma sus dientes si la fortuna le sustrae su adversario; poco le hace el motivo que le ha dado nacimiento, porque los más leves conducen a los mayores excesos".
Amable lector para que usted pueda percibir con más claridad lo que el maestro SĂ©neca trata de decirnos, en especial aquello de que aunque el motivo sea nimio, la reacciĂłn podrĂa ser exagerada. AsĂ que le compartirĂ© una anĂ©cdota de caracterĂsticas "tragicĂłmicas", y le aseguro que es absolutamente cierta, porque quien esto escribe conoce a la protagonista y el hecho que le contarĂ©. OcurriĂł hace varios años, en la provincia San CristĂłbal, con una señora de edad avanzada, muy conocida por tener "fama" de ser "adivina". La Biblia describe un caso similar con Balaam el agorero (libro de NĂşmeros, capĂtulos 22-24.).
El asunto es que esta anciana ganaba mucho dinero ejerciendo su oficio de "adivina", leyendo las barajas, la taza y objetos, labor que hacĂa con personas de su pueblo y de toda la regiĂłn sur. Y con muy distinguidas personalidades de nuestra ciudad capital, las cuales estoy seguro que a usted se le harĂa sumamente difĂcil pensar, que creyesen y gastasen muchĂsimo dinero en esas tonterĂas.
Ya sabemos que nuestra protagonista era respetada y querida en su pueblo, en especial por sus vecinos, quienes sabĂan a lo que ella se dedicaba. Y entonces sucediĂł que, en el año 2004, nuestro afamado cantautor Juan Luis Guerra, puso en circulaciĂłn su canciĂłn “Las avispas”. Y la vecina que vivĂa a la derecha de nuestra protagonista, era muy bullanguera, y esa canciĂłn le gustĂł muchĂsimo. Las personas bullangueras de nuestros pueblos y barrios de la capital, cuando una canciĂłn les gusta y les divierte, entonces la escuchan muchĂsimas veces consecutivas y a todo volumen. Y eso hacĂa esta vecina mientras realizaba sus labores cotidianas de todas las mañanas. De inicio la repeticiĂłn constante de esa canciĂłn por la vecina, solo irritaba a nuestra protagonista por el alto volumen.
Pero luego comenzĂł a pensar que la vecina hacĂa eso con el propĂłsito de enviarle un claro mensaje, de que la labor que ella ejercĂa de "adivina", la convertĂa en una mujer "diabĂłlica". AsĂ que comenzĂł a sentirse paranoide y a creer que la vecina hacĂa eso para hacerle daño. Y un dĂa en la mañana, desde que comenzĂł a escuchar la contagiosa canciĂłn las avispas, de manera silenciosa, cogiĂł un palo que habĂa en su casa y se dirigiĂł hacia la casa de su vecina, la cual le abriĂł su puerta, y aunque esta era muchĂsimo más joven y fuerte que nuestra protagonista, al estar desprevenida, recibiĂł una tunda de palos tan grande que hubo que hospitalizarla.
Amable lector, le pido que además de la sonrisa que usted tiene ahora, que por favor no deje de reflexionar en que la irritabilidad, puede pasar a ser cólera y culminar con una tragedia como la citada.
Dejando ahora atrás el tema de la viejecita y "adivina", deseamos que usted recuerde que las personas inseguras son las más proclives a ser irritables. Y ese es el caso del famoso personaje MoisĂ©s, el de la Biblia. Su primer acto de irritabilidad que pasĂł a ser colĂ©rico y le llevĂł a cometer un homicidio, ocurriĂł de la manera siguiente: Un dĂa cualquiera, Ă©l saliĂł a pasear por el territorio israelĂ -Ă©l vivĂa como egipcio, por la historia que la mayorĂa de ustedes conocen-. Y daba este paseo para confraternizar con los israelitas, a quienes consideraba sus hermanos. Pero lo cierto es que Ă©l se encontraba en una especie de "limbo emocional", debido a que era egipcio, pero no se consideraba como tal. Se creĂa israelita, pero no sentĂa que estos le aceptasen como israelita. Y ese era uno de los motivos de su inseguridad, y además porque era tartamudo, como veremos más adelante.
El asunto es que, durante su paseo, ocurriĂł lo siguiente: "En Aquellos dĂas, sucediĂł que crecido ya MoisĂ©s, saliĂł a sus hermanos y los vio en sus duras tareas, y observĂł a un egipcio que golpeaba a uno de los Hebreos, sus hermanos".(Éxodo 2:11).
Eso provocó que Moisés, como si fuese un automóvil Ferrari, pasó rápidamente de la irritabilidad a la ira sin reflexionar ni siquiera por un milisegundo. Y por eso ocurrió lo siguiente: "miró a uno y otro lado y, no viendo a nadie, mató al egipcio y lo enterró en la arena". (Éxodo 2:12. Versión Biblia de Jerusalén latinoamericana).
Ya vimos la tunda de palos que dio la adivina a la adulta mayor, y ahora vemos un crimen realizado por Moisés.
En cuanto a Moisés, deseamos explicarle, que no fue que él salió a pasear para matar. Pero lo hizo no tan solo por pasar rápidamente de la irritabilidad a la cólera, sino por su deseo de ser aceptado por los israelitas.
Un tiempo despuĂ©s YahvĂ© le hace el llamado para que sea el Libertador de Israel. Pero Ă©ste por su timidez -inseguridad- tratĂł de evadirse ante YahvĂ© alegando ser tartamudo. Veamos sus palabras: "¡Ay, Señor! Nunca he sido hombre de fácil palabra, ni antes, ni desde que tĂş hablas a tu siervo; porque soy tardo en el habla y torpe de lengua". (Éxodo 4:10).
Los alegatos timoratos de MoisĂ©s fueron rebatidos por YahvĂ©, y a MoisĂ©s no le quedĂł otra opciĂłn que aceptar liderar al pueblo de Israel. Poco tiempo despuĂ©s ya habĂan logrado salir de Egipto, y estando en el desierto, luego de MoisĂ©s recibir las tablas con los diez mandamientos, al comprobar que, en su ausencia, el pueblo de Israel, encabezado por su hermano AarĂłn, habĂan construido un becerro de oro para sustituir a YahvĂ© -y asĂ lo estaban haciendo, adorando al becerro-. Entonces ocurriĂł lo siguiente: "Al acercarse al campamento y ver el becerro y las danzas, MoisĂ©s ardiĂł en ira, arrojĂł las tablas y las hizo añicos al pie del monte". (Éxodo 32:19. VersiĂłn de la Biblia de JerusalĂ©n latinoamericana). Hacer añicos las tablas con los diez mandamientos es claramente un acto de ira inconmensurable.
Posteriormente ocurrieron más hechos presididos por la irritabilidad y la ira, que incluso llevaron a que YahvĂ© le impidiese a MoisĂ©s el privilegio de entrar a la tierra prometida, lo cual, quien esto escribe explica de manera detallada y convincente en su libro titulado “MoisĂ©s no pudo pasar”.
En esta obra aclaro que la inmensa mayorĂa de sacerdotes, pastores, y los dizque exĂ©getas de la Biblia, no saben explicar -aunque muchos alardean de haber estudiado en prestigiosos seminarios- de manera que no quede ninguna duda razonable, el verdadero motivo que tuvo YahvĂ© para impedirle a MoisĂ©s pasar a la tierra prometida.
ConclusiĂłn: Deseamos que usted haga el esfuerzo de manejar las frustraciones inevitables de nuestra vida cotidiana -sin acudir a mĂ©dicos- porque esa es la Ăşnica manera de usted quedar capacitado (a) para poder controlar la irritabilidad que todos tenemos en algunos momentos imprevistos y evitar que llegue a ser ira, debido a que cuando esta se apodera de nosotros, por más ecuánime que usted crea ser, nadie puede predecir lo que podrĂa suceder.
Y saber tambiĂ©n que en los diferentes tipos de duelos afectivos, podemos pasar por una fase de irritabilidad, que de igual modo debemos controlarla, para que no se convierta en ira. Como le ocurriĂł al magnate norteamericano Ted Turner durante su adolescencia por la muerte de su hermanita de nueve años. Y todavĂa no ha podido superar ese hecho y su irritabilidad.
El autor es psiquiatra y general (R) del Ejército




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