Las uvas agrias y los adultos mayores
MIRANDO POR EL RETROVISOR
Por Juan Salazar
Quizás la nota periodÃstica pase desapercibida en medio del aspaviento y la barahúnda que generan en el paÃs otros temas “de interés colectivo”, como actualmente el caso Jet Set, el caos en el tránsito y la inmigración a nuestro territorio de indocumentados haitianos, para solo citar tres.
ListÃn Diario difundió ayer sábado las denuncias de abusos y maltratos a adultos mayores en los últimos cinco años en el paÃs, registradas por el Consejo Nacional de la Persona Envejeciente (Conape), a través de su Departamento de Denuncias y Seguimiento de Casos.
Un total de 2,675 denuncias de ese tipo en el citado lapso, siendo los afectados 1,419 de mujeres y 1,256 de hombres. Las más comunes incluyeron conflictos familiares, con 616 de los casos notificados; abandono, 399 denuncias; violación al derecho de propiedad, 317 reportes, y maltrato psicológico, con 282 casos.
Esas preocupantes cifras fueron incluidas por el Ministerio de Salud Pública en su más reciente boletÃn epidemiológico, con ocasión de conmemorarse el pasado 15 de junio el DÃa Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez, establecido mediante resolución de la Asamblea General de la ONU, el 19 de diciembre de 2011.
Muy atinado que temas asà sean incluidos en ese reporte periódico de la cartera sanitaria, porque hay otras epidemias, sin ninguna vinculación con la llamada “salud fÃsica”, como los trastornos mentales y en este caso los abusos a adultos mayores. En realidad, la salud es una sola con sus múltiples aristas.
Pero como he planteado anteriormente, de nada valen las estadÃsticas recopiladas sobre diversos males sociales, si no se traducen en polÃticas públicas que generen cambios reales y valorados por la sociedad.
Con la conmemoración del dÃa dedicado a concienciar sobre el maltrato a personas de la tercera edad, la ONU procura sensibilizar sobre el tema, además de promover la salud, el bienestar y la dignidad que merece toda persona en su vejez.
Con ocasión de la fecha, el organismo también ofreció cifras: Entre 2019 y 2030, se prevé que el número de personas de 60 años o más aumente en un 38%, de mil millones a 1,4 mil millones, superando en número a la juventud a nivel mundial. Se calcula que para 2050 una de cada seis personas tendrá 65 años o más, lo que hará a las personas mayores aún más vulnerables a la violencia y otros factores de riesgo.
Este crecimiento, según la ONU, será especialmente mayor y más rápido en las regiones en vÃas de desarrollo, por lo que recomienda a los paÃses prestar mayor atención a los desafÃos especÃficos que afectan a las personas mayores, especialmente en el campo de los derechos humanos.
Todos sabemos que esas 2,675 denuncias de maltratos a adultos mayores en el paÃs registradas por Conape están afectadas por el subregistro, debido a que una cantidad apreciable no llega a la institución estatal.
Los abusos y maltratos a adultos mayores son ostensibles en el seno familiar y en los entornos comunitarios. Además, cada dÃa es más notorio el número creciente de envejecientes que salen a las calles del paÃs a procurar la caridad pública para subsistir.
Incluso este año Naciones Unidas conmemoró la fecha bajo el lema «Abordar el maltrato a las personas mayores en centros de cuidados a largo plazo: a través de datos y acciones», porque reconoce que hasta en ese ámbito se pueden dar vejaciones y maltratos. Sin embargo, justo es reconoce el aporte valioso de esos hogares de ancianos en el paÃs, los cuales, como he planteado anteriormente, ayudan a gobernar en esa área.
Un total de 2,675 denuncias de maltratos a adultos mayores recibió Conape en los últimos cinco años.
Como la vejez llega acompañada de una mayor fragilidad, el maltrato de los adultos mayores puede acarrear graves lesiones fÃsicas y trastornos psicoemocionales que podrÃan acortar los años de vida.
Lo que ahora se denomina “edadismo”, esos prejuicios, estereotipos, estigma y discriminación basados en la edad, se verifica con mayor crueldad en personas de la tercera edad. Causa más pesar que eso ocurra en el ámbito familiar, como apuntalan las cifras de Conape.
La Biblia hace alusión a un refrán que se usó con frecuencia en el antiguo Israel: “Los padres comieron las uvas agrias, y los dientes de los hijos tienen la dentera». (Ezequiel 18 y JeremÃas 31).
El dicho se utilizaba para justificar el sufrimiento de los hijos por las malas acciones de sus padres, pero los profetas Ezequiel y JeremÃas enfatizaron en que cada persona fuera responsable de sus propias decisiones.
Es razonable que los hijos no sean responsables de las malas acciones de sus padres, pero he visto a progenitores brindando apoyo a sus vástagos, aunque los vean envueltos en situaciones apartadas de la educación y formación hogareña que les brindaron.
Como reza un estribillo de la canción “Amor y control”, del salsero panameño Rubén Blades, que he citado en otras ocasiones: “El amor de padre y madre no se cansa de entregar”.
Y por esa razón, ese proverbio de las uvas agrias y la dentera hay que verlo también en el caso contrario. Padres y madres que se desvivieron por sus hijos y hasta nietos. A quienes nunca les dio asco bregar con pañales desechables repletos de excrementos y orina. Que se quitaron el pan de la boca para darlos a sus hijos. Padres y madres que no lograron ser profesionales, pero que incurrieron en ingentes sacrificios para que sus hijos concluyeran sus estudios universitarios.
En fin, progenitores que comieron uvas agrias para formar y educar a sus hijos, pero ahora son maltratados y, en el peor de los casos abandonados, porque padecen la dentera que implicó esas demostraciones de amor y abnegación por sus vástagos.
Un adulto mayor con sus hijos e hijas vivos no deberÃa estar recluido en un hogar de ancianos, apartado del ambiente familiar, pero mucho menos mendigando en las vÃas públicas para subsistir.
Y en el hogar, jamás promover la tolerancia con los maltratos y abusos a adultos mayores, estableciendo un “régimen de consecuencias”, esa expresión tan cantaleteada, pero de limitada y selectiva aplicación en nuestra media isla.
“La población mundial envejece”, advierte la ONU. “El maltrato a adultos mayores sigue latente en el paÃs”, asà tituló ListÃn Diario la información citada al principio de este artÃculo.
La ONU ha propuesto “La Década del Envejecimiento Saludable (2021-2030), una oportunidad para reunir a los gobiernos, la sociedad civil, las agencias internacionales, los profesionales, las academias, los medios de comunicación y el sector privado durante diez años de acción concertada, catalizadora y colaborativa para mejorar las vidas de las personas mayores, sus familias y las comunidades donde residen.
Conape, creado mediante la Ley 352-98, es la institución estatal responsable de diseñar e implementar polÃticas para las personas mayores.
La entidad logró en 2017 la creación de una FiscalÃa Especializada contra el abuso y maltrato al adulto mayor, y aplica el programa “Familia de Cariño» para garantizar a los envejecientes cuidados en su hogar, prevenir el maltrato y promover su permanencia en el núcleo familiar.
Pero, como planteó el Ministerio de Salud Pública en ese boletÃn epidemiológico, persisten desafÃos como la actualización del marco jurÃdico para establecer sanciones efectivas por maltratos a adultos mayores, fortalecer la colaboración interinstitucional y garantizar el acceso a la justicia para los adultos mayores.
Se requiere ir más allá de las fechas conmemorativas y de las cifras que casi siempre reflejan una incidencia parcial de problemáticas sociales. Con los adultos mayores es tiempo de pasar del discurso a la acción.
Y a los hijos y nietos, entender que ahora les tocan las uvas agrias que sus padres y abuelos asumieron como un dulce manjar para brindarles en su niñez y adolescencia una acrisolada formación y educación, sin reparar en que más tarde venÃa la dentera.
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