Header Ads

Elegía a una economía que crece, crece y crece

 


Por Felipe Ciprián

Si la sociedad dominicana se cree las cifras que publican las entidades oficiales, la economía del país es un búfalo formidable que se abre paso entre los obstáculos del bosque cerrado de la selva, ríos, lagos y marismas, provocando la admiración del mundo.

Peor sería para quienes creen en “las perspectivas halagüeñas” que invariablemente adornan los floreos de las publicaciones y la propaganda sobre la salud de la economía y el bienestar de la gente.

Aquí hay una claque de engañadores destinada a embaucar a legiones de incautos, y para ello contrata a “intelectuales”, “economistas”, “sociólogos” para que elaboren narrativas de éxito destinadas a espacios pagados, anuncios y opiniones, que aturden mañana, tarde y noche a los “consumidores”.

Inversiones de las AFP

Inversiones de las AFPFuente externa

El Banco Central se encarga de propagar que las remesas totalizaron US$5.826,7 millones en el primer semestre de 2025 como si se tratara de un logro de sus políticas públicas.

¿Qué hace el Banco Central para que lleguen divisas a República Dominicana? La respuesta es concluyente: ¡Absolutamente nada!

Entonces, si tú no hiciste nada para acabar con el colonialismo en Puerto Rico, ¿de qué te vanaglorias, nene?

En cambio, el gobierno al que responde el Banco Central impulsa políticas destinadas a destruir el aparato productivo nacional, quiere poner impuestos a las remesas y aun no entiende que cualquier crecimiento en el envío de dinero del exterior se debe al deterioro de las condiciones de vida en el país. “Crece” pero cada día debe más

“El crecimiento acumulado de la economía en el periodo enero-mayo 2025 se ubica en 2.6 % con respecto al mismo periodo del año 2024”, informa el Banco Central. ¿Cómo?

Mientras la economía crece, según cifras del Banco Central, el gobierno no les paga a los productores agropecuarios, a quienes les adeuda RD$3,300 millones.

Un deudor (el gobierno) que tiene tanto éxito con el crecimiento de la economía, si no paga sus deudas a los productores, no es por aprietos económicos, sino por pícaro.

La economía crece pero el déficit fiscal no disminuye y mucho menos el endeudamiento interno y externo.

El endeudamiento total del gobierno, eufemísticamente llamado “deuda consolidada”, supera los 75,000 millones de dólares, la mitad de ellos cogidos por el gobierno de Luis Abinader y su Partido Revolucionario Moderno, en 60 meses.

La vaca lechera para financiar al gobierno moderno y a empresas quebradas que no podrán ser recuperadas, es la bolsa inmensa que manejan ¡A discreción! las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP).

El dominicano es el gobierno de América Latina que con mayor avidez abreva en el lago de dinero acumulado con el ahorro forzoso de trabajadores y empleadores.

El gobierno de Abinader es el campeón en financiarse con los fondos de las AFP, montando el 68.1% frente a Perú que solo acude a él con el 19.3%, cuando el promedio para la región es de 40.7%, según el cuadro publicado por CREES. Patas cortas

La mentira tiene patas cortas y la verdad se abre paso incluso provocando grietas en rocas volcánicas.

Si la economía va en crecimiento, se supone (y se dice), que suben las recaudaciones de Impuestos Internos, Tesorería y Aduanas, ¿por qué hay que tener un ritmo de endeudamiento tan brutal, afectando principalmente el ahorro de los asalariados, que no tienen acceso a él y temen que no recibirán un pensión digna al retiro?

Si el turismo va tan bien que espera 12 millones de visitantes este año, ¿por qué se habla del deterioro del entorno internacional?

El deterioro del entorno internacional afecta principalmente el turismo, los precios de materias primas que cotizan en bolsa y la inversión extranjera.

Por lo visto, en República Dominicana no afecta al turismo, de manera que no debe deteriorar a los demás sectores y áreas de negocios.

¿Cuál es la verdad?

No es saludable una economía que crece por la demanda interna de bienes de consumo importados, mientras la inversión pública y privada decae constantemente, su agropecuaria se arruina, el gobierno se endeuda sin parar y las exportaciones que generan empleo y divisas se estancan o retroceden.

Un crecimiento sano sería el que se genera, no con números artificiosos, sino con una acción firme de estimular producción para exportar, un gobierno y un sector privado que invierten crecientemente en infraestructura y negocios, sin derrochar en gasto corriente ni endeudarse desproporcionadamente.

Ningún número del Banco Central y los ministerios sobre “éxito económico del gobierno” puede ser creído por una persona honrada si el nivel de vida de la gente sigue en picada a un ritmo de que 40% de la población recibe regalos del gobierno definidos como “ayuda social”.

En un país donde la educación es un desastre, el empleo informal es mayoritario, la pobreza crece en la realidad y disminuye en algunos números, el desespero por migrar a cualquier lugar no para, la economía no va bien, de ninguna manera.

El envilecimiento de las instituciones jurídicas y políticas se constituye en incentivos para la corrupción, la impunidad y el parasitismo fomentado por el gobierno.

Y en esas condiciones, puede haber un coro alimentado con el dinero público para propalar mentiras a borbotón, las que una parte del pueblo se creerá y sufrirá sus consecuencias, pero eso es un absurdo que no podrá sostenerse en el tiempo.

Los que mienten, si no se creen sus propias mentiras, solo buscan ganar un poco de tiempo para inventar otra mentira como forma de alimentar el vacío crítico de quienes, con sus impuestos, pagan sus jugosos salarios.

Cuando sobrevenga la crisis, los cimientos de las mentiras y sus privilegios, se harán –otra vez- añicos y entonces habrá que comenzar a revisar el alfabeto, pieza por pieza.

Yo no pierdo la confianza en el pueblo que en el pasado durmió mucho, tomó romo sin control, vagabundeó, pero un día despertó y dijo: ¡Aquí estoy!

En esas ocasiones, el efecto del espanto de los mentirosos y sus asalariados llenó cientos de miles de calzoncillos y pantis de desechos del intestino grueso y la uretra, en escorrentías.

En la próxima batalla nada indica que sería diferente. ¡Ahí nos veremos, cada quién en su lugar!

No hay comentarios

Con la tecnología de Blogger.