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Felicidad y superficialidad

 ENFOQUE

Por Felipe Román

Apreciado y amable lector, ese título podría darle a usted la percepción errada de que existe un vínculo directo entre la felicidad y la superficialidad, lo cual ya usted sabe que es incierto _ porque escribimos la palabra errada_ y lo hemos hecho así con el propósito de llamar su atención para hacerle comprender durante el desarrollo de este humilde artículo, la manera sumamente baladí como se escribe y habla de la felicidad, desde influencers y coachs sociales de poco prestigio, hasta personajes con gran fama internacional mercadológica.

La mayoría de las personas suelen dejarse cautivar y confundir cuando personajes egresados de prestigiosas universidades expresan sus criterios sobre cualquier tema, ya sea en conferencias, en artículos de opinión o en libros de su autoría. Tal es el caso del señor Arthur Brooks, quien se identifica de manera rimbombante como experto en felicidad de la universidad de Harvard.

Brooks ha publicado varios libros sobre el tema de la felicidad, siendo el último de ellos, hace exactamente un año (septiembre 2024), con el claro propósito de que fuese un éxito de ventas y lo escribió en colaboración con la famosísima Oprah Winfrey, de la cual se conoce que tiene 22.4 millones de seguidores en Instagram. Además de lo anterior, ella ha logrado tener un gran imperio de medios de comunicación, incluidas redes de televisión como la Own: The Oprah Winfrey Network, que está comprobado que llega a millones de personas en todo el mundo. Así que usted puede percibir con facilidad que al escribir Brooks su libro en colaboración con ella sería un éxito seguro de ventas, lo cual le daría fama a él.

El nombre original de ese libro es “Build the life you want: The art and science of getting happier”, en español “Construye la vida que deseas: El arte y la ciencia de ser más feliz”.

Y como era de esperarse en muy poco tiempo de ser publicado, Amazon aseguró que ese libro obtuvo un éxito inmediato, posicionándose en el puesto número uno de la lista de los más vendidos en su primera semana.

Amable lector, en ese libro el señor Brooks escribe sandeces superficiales como las siguientes: “Pensaba que si no estaba feliz era porque me faltaba algo, y es algo completamente falso”. Y agrega: “La naturaleza no tiene interés en nuestra felicidad”. Y continúa “La madre naturaleza no se preocupa por si soy feliz, lo que sí busca a través de nuestra genética y la evolución es garantizar dos cosas: Sobrevivir y transmitir los genes”.

El señor Brooks también agrega que “esa programación biológica es la razón por la cual sentimos impulsos que muchas veces no nos hacen bien, como comer más de lo necesario”.

Amable lector, para no ser muy grosero solo diremos que sus palabras son sencillamente risibles. Y que él usa un lenguaje nebuloso, que en cierto sentido hace rememorar las películas del excelente cómico mejicano conocido como Cantinflas. Y como reconocimiento a su genialidad, el gran maestro de la psiquiatría española y europea Don Alonso Fernández, acuñó el término “Lenguaje cantinflesco”, para dejarnos el mensaje de que es un tipo de lenguaje donde se habla o se escribe mucho, pero en esencia no dice nada, o sea, nada queda claro, más bien queda una sensación de desconcierto.

La mayoría de los políticos partidistas a nivel mundial usan un lenguaje cantinflesco.

Veamos lo siguiente: El señor Brooks expresó: Que la madre naturaleza, no tiene interés en nuestra felicidad. Y es muy importante que usted sepa claramente que cuando las personas emplean el lenguaje brumoso de madre naturaleza para tratar de explicar algo, en realidad se están refiriendo al planeta tierra como sinónimo de madre naturaleza. Y desde ese punto de vista el “mensaje”, que en esencia intenta transmitir el señor Brooks, es más o menos que los seres humanos somos “dotados” por la madre naturaleza de una especie de computadora _ en realidad nuestro cerebro es una computadora súper potente_ pero en la concepción del señor Arthur Brooks, a algunas personas, la madre naturaleza les otorgó una “programación defectuosa”, y que esa sería la razón por la cual no pueden controlar impulsos que les hacen daño, como por ejemplo comer sin control, de manera excesiva y dañina.

Apreciado lector, el señor Brooks atribuye a una programación defectuosa que hizo la madre naturaleza, un trastorno conocido medicamente con el nombre de Hiperfagia _comer de manera descontrolada y dañina_ el cual es tratado por endocrinólogos o por psiquiatras, debido a que su génesis podría deberse a un problema de hipertiroidismo, o a un cuadro depresivo con sentimientos de culpa.

Aprovecharemos lo anterior para aclarar que muchísimas personas que son tratadas por psiquiatras con síntomas angustiosos, en realidad deberían ser asistidas por endocrinólogos capacitados, porque la génesis de esos síntomas se debe a una afectación de la tiroides.

La felicidad no es algo concreto, como por ejemplo su casa o cualquier otra cosa material que usted tenga, sino que es un estado de identificación plena con usted mismo (a), incluso aún en el caso de que no haya logrado las metas que la sociedad esperaba de usted. Y es muy importante estar consciente de que muchísimas personas que percibimos como muy alegres, en realidad son infelices, debido a que en la mayoría de los casos, esa supuesta alegría generada por diversiones y diferentes bebidas alcohólicas, logran el propósito de confundir como si fuese un velo que cubre el cerebro y confunde a la persona y a los demás, las cuales solo perciben la alegría, pero no las cuitas reales que esa persona padece.

Metafóricamente hablando es como cuando una persona hace ostentación de su vehículo caro y de joyas finas y llamativas, sin saber que a sus espaldas las personas de nuestro pueblo suelen decir con inmensa sabiduría: “Lujos vemos...deudas no sabemos”.

Es fundamental también saber que la alegría es una sensación engañosa que se caracteriza por ser siempre secundaria a un motivo agradable, y además es transitoria _ de muy corta duración _ , distinta a la felicidad, que no tiene que surgir necesariamente de motivos agradables, puede surgir de la pena, del dolor afectivo, más aún, casi siempre la felicidad surge del dolor, de los sacrificios, de experiencias traumáticas, de vencer las frustraciones inevitables de nuestra vida cotidiana.

Y esa es una de las razones por las cuales en la actualidad _ a diferencia de generaciones anteriores _ existen tantas personas infelices, debido a que estamos viviendo una algofóbica social, o sea, no quieren enfrentar frustraciones, vencer los obstáculos, creen de manera ilusa que la felicidad depende básicamente de las posesiones materiales. Por eso, en especial los jóvenes de la actualidad, se frustran por no lograr a temprana edad una relativa riqueza material. Y suelen tener una tristeza reactiva e inauténtica.

Lo triste es que muchos de estos jóvenes van a consulta expresando qué se sienten tristes y, lamentablemente, muchos son medicados con antidepresivos carísimos que en realidad no necesitan, porque lo que sí requieren es una psicoterapia _ que ni siquiera es necesario que sea dada por un médico _ y que se les haga comprender que nuestra vida cotidiana es como si fuese la imagen de un electrocardiograma, con subidas y bajadas, y no creer que siempre estaremos sobre la cresta de la ola.

La felicidad puede englobar la alegría, pero ya sabemos que la alegría, por sí sola, no es una señal inequívoca de felicidad.

Por favor no olvide usted que la alegría puede ser tan solo una careta. Y es por causas como esas que la excelente y “alegre” cantante chilena Violeta Parra, compuso y cantó de manera magistral la sublime canción titulada “Gracias a la vida”. Sin embargo muy poco tiempo después se suicidó disparándose a la cabeza.

Y también el actor que tanto nos hizo reír, Robin Williams, se quitó la vida ahorcándose.

Conclusión: Esperamos y deseamos que usted no se deje influenciar por lo que dicen o escriben sobre la felicidad muchas personas, aunque estas sean muy famosas. Y que usted trate de vivir su vida con sencillez, sintiéndose bien y en paz con usted mismo. Tratando de poner en práctica la enseñanza de Jesucristo, de no vivir dejándonos dominar por el estrés y las vanidades cotidianas (Mateo 6:34).

El autor es psiquiatra y general (R) del Ejército

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