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Apagones a borbotón: Facturas fraudulentas


 Por Felipe Ciprián 

El sistema eléctrico nacional está en un momento sumamente desastroso porque el gobierno de Luis Abinader y el Partido Revolucionario Moderno (PRM) han empeorado sus fundamentos clave.


¿Qué ha pasado en el sector eléctrico en los últimos cinco años?


Se incrementaron las pérdidas técnicas y financieras, creció el número de empleados, se triplicó el subsidio estatal y se multiplicaron los apagones y las trampas con la facturación.


Las altas facturas y los cortes de energía se han convertido en un malestar diario expresado en distintas formas por los ciudadanos.

Las altas facturas y los cortes de energía se han convertido en un malestar diario expresado en distintas formas por los ciudadanos.


Es un desastre en un área vital para el desarrollo económico y la eficacia productiva.


El mes de agosto fue un punto de referencia mayor para entender el desastre.


Los apagones se extendieron a todo lo largo y ancho del país a tal punto que el presidente Abinader tuvo que reconocer los efectos negativos para la población.


Pero como si se tratara de una burla, las empresas distribuidoras elaboraron facturas para empresas y hogares con incrementos que en ocasiones llegaron al cien por ciento.


¿Cómo pueden facturar el doble del consumo si no tenían electricidad para suplir a sus clientes?


Esa dislocación quedó registrada en la conciencia nacional con miles de protestas, bloqueos de vías y quema de neumáticos en todo el país.



Mientras que los reclamos de revisión de los montos de las facturas inundaron las oficinas de las Edes y del llamado Protecom, que obviamente solo protege a sus colegas estatales, jamás al cliente abusado.


La ley es muy severa y la aprietan los fiscales cuando una persona afecta a una de las Edes, pero esos mismos magistrados son indiferentes y cómplices cuando el estafado es el cliente.


Hay miles de condenados por sustraer energía ilegalmente, pero no hay una sola sentencia contra una de las Edes por facturar y cobrar energía no servida a los clientes.



Todo a pesar de que la ley define el fraude eléctrico como la sustracción ilegal de energía y la facturación al cliente de luz no servida.


Una fullería estatal


Vean mi historia personal. En el sector donde vivo, desde hace 22 meses Edesur da apagones todos los lunes de 8:00 de la mañana a 1:00 de la tarde.


Lo mismo hace a lo largo de la semana con el resto de las ciudades y sectores del Distrito Nacional que sirve como un monopolio.


Ellos se toman el atrevimiento de publicar anticipadamente en periódicos una lista de “interrupciones del Servicio” para supuestamente dar mantenimiento a las redes.


Como es imposible que las redes eléctricas necesiten mantenimiento semanal, tomé la decisión de comprobar en qué lugar del sector donde vivo había personal trabajando siquiera en cortar ramas.


Negativo. Ningún mantenimiento a kilómetros de distancia.


La realidad es que solo cuando hay lluvias intensas o descargas eléctricas (rayos) que afecten el tendido o transformadores, las brigadas acuden a dar mantenimiento.


Esa es una vulgar mentira. Se trata de apagones fijados para tratar de bajar el monto a pagar por compra de energía a los generadores.


Naturalmente, los generadores hacen tan buen negocio vía el subsidio que no le reclaman a las Edes que adquieran y sirvan a sus abonados la energía disponible.


Mientras los clientes cautivos de Edesur tienen que soportar esos apagones programados, cada día hay más empleados contratados, sin que se destaquen por su capacidad técnica, sino por su filiación política con el PRM.


Soy incapaz de afirmar que Abinader no quisiera superar el desastre en el sistema eléctrico, pero sus últimas decisiones no hacen más que complicar el problema.


Dar rienda suelta a las contrataciones exprés a todos los niveles, mueven más negocios y coimas que soluciones.


Abinader debiera –pero tengo entendido que no escucha sugerencias de nadie, y yo soy un don nadie– pedirles a quienes él nombró por decreto en Edesur, Edeeste y Edenorte, que reduzcan a la mitad sus empleados como una acción ejecutiva para bajar los sobrecostos fijos.


Igualmente, debe advertir a todo el sector (generadores y distribuidores) que tienen que ajustar su eficiencia porque el Estado no puede darse el lujo de entregar subsidios que superan los 120,000 millones de pesos anuales.


Si él dispone que el subsidio no pueda pasar de 60,000 pesos anuales, todos tendrán que ajustarse o que el país sufra apagones sin regalar ese dineral.


El gobernante debe nombrar a un general del Ejército (que no sea asalariado del sector privado), proveerle un pelotón armado, e ir a desmantelar todas las conexiones ilegales que hay en amplios sectores “populares”, auspiciados por politiqueros de todos los partidos.


Eso es una locura que los busca votos han propiciado por años, no se trata de una invención de Abinader-PRM. ¡Basta de usar al patrimonio estatal como botín para ganar respaldo electoral!


El jefe del Estado tiene que acabar con la doble moral de las Edes que les cortan el servicio a residencias, oficinas y empresas pequeñas que se atrasan en el pago por un día, mientras tiene a deudores de decenas y centenas de millones de pesos porque son grandes empresas o conglomerados.


Los apagones, el derroche de dinero y la ineficiencia en el sector energético volvieron en el gobierno moderno y ya le pegan un sello indeleble que los perseguirá por los siglos de los siglos. ¡Amén!

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