Creencias antiguas y cambios en Semana Santa
Por Miguel Gonell Jackson
El autor es periodista profesional reside en USA
Las creencias antiguas llevadas a cabo para mantener la vigencia, el respeto y la santidad en estos dĂas de Semana Santa, los cuales vivimos en nuestros hogares, los que tenemos 50 o más años, han pasado a la historia.
Cabe recordar que llegado el jueves santo, nuestros padres y abuelos, tenĂan todo coordinado en sus hogares para respetar dichos dĂas.
Desde los alimentos a consumir, la obligada asistencia a las iglesias, el silencio en los hogares, hasta el cese de las actividades laborales, eran consideradas obligatorias para recordar la muerte y resurrección de nuestro señor Jesucristo.
En aquellos tiempos, se creia que las parejas de esposos o novios, no podian sostener ningun acercamiento sentimental, que provocara la exitacion a relaciones sexuales, ya que se cosnsideraba un pecado,y de hacerlo tendrĂa como consecuencia, el castigo de quedarse "pegados".
No se cortaban árboles para cocinar, ya que de hacerse desobedeciendo esta tradición, de estos brotaria sangre.
Bañarse en rĂos, arroyuelos o playas el viernes santo, implicarĂa convertirse en un pez.
En cuanto a las comidas se consumia arroz, guandules, habichuelas (frijoles). Habichuelas con dulce, las carnes de animales y aves, eran suspendidas en estos dĂas, y en cambio se consumĂan pescados, huevos y espaguetis.
Aunque esta narrativa parezca un cuento, en verdad, esa era la creencia cinco décadas atrás.
¿Ingenuidad o desconocimiento? En verdad esa creencia de aquellos tiempos, aunque pareciera una ignorancia por la inexistencia del internet, nos evitĂł en gran medida el nĂşmero de vĂctimas que hoy dĂa se produce en carreteras, autopistas, balnearios de agua dulce y salada en estos dĂas de la Semana Mayor.
En el mundo de la era cibernĂ©tica, plataformas digitales, todo luce tan cambiante, que producto del comportamiento que exhibe la gran mayorĂa de la poblaciĂłn universal con el consumo excesivo de bebidas alcohĂłlicas, y el desplazamiento de millones de personas de un lugar a otro, se producen mĂşltiples accidentes de tránsito, riñas, intoxicaciĂłn por ingesta de comidas y bebidas alcohĂłlicas, que al final de estos dĂas que deben ser santos, y nos dejan centenas y hasta millares personas muertas en el mundo.
La desobediencia, el irrespeto a dichas tradiciones, ha llevado luto, llantos y dolor a muchas familias, que no creen en las cosas divinas, y hacen todo lo posible por borrar la historia.
Es una realidad inocultable que en la actualidad en Semana Santa se produce el mayor desplazamiento de vehĂculos de un lugar a otro en busca de diversiĂłn.
Los radios y equipos de sonido suenan con un nivel abusivo en sus decibeles, se consume más cervezas, ron y whisky que en navidades, carnavales y patronales.
La sociedad debe revisarse, y dedicar un poco mas de tiempo a la reflexion, meditacion en estos dĂas santos, que más para vacacionar, deben ser para enmendar errores, pedir perdĂłn a quienes hemos ofendido, y sobre todo para tener un acercamiento a Dios y su amado hijo Jesucristo.
El despertar y el irrespeto a las tradiciones de Semana Santa ha llegado con los cambios en el universo y la apariciĂłn de la era tecnolĂłgica, donde dichas creencias han sido echadas al zafacĂłn por la humanidad.



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